La brecha de seguridad CVE-2017-11882 afecta a Microsoft Office, uno de los programas más utilizados a nivel global. Descubierta en 2017, esta falla permite a un atacante ejecutar código malicioso en los sistemas afectados explotando un defecto en el componente Editor de ecuaciones de Microsoft Office.
Descripción de la vulnerabilidad
CVE-2017-11882 aprovecha una falla en el software Equation Editor de Microsoft Office, empleado para crear y editar ecuaciones matemáticas y científicas en documentos. La vulnerabilidad reside en cómo el Editor de ecuaciones maneja los objetos OLE (vinculación e incrustación de objetos), permitiendo la inserción de un archivo RTF (formato de texto enriquecido) especialmente diseñado que contiene código malicioso. Al abrir un documento con dicho archivo RTF, el código malicioso se ejecuta sin necesidad de interacción del usuario, otorgando al atacante el control del sistema afectado.
Operación de la Explotación
La explotación de CVE-2017-11882 suele comenzar cuando un atacante crea un documento de Microsoft Office, como un archivo de Word (.doc) o Excel (.xls), que contiene el archivo RTF malicioso. Este archivo RTF contiene instrucciones específicas que aprovechan la vulnerabilidad en el Editor de ecuaciones. Al abrir el documento, el Equation Editor procesa el archivo RTF y ejecuta el código malicioso, que puede estar diseñado para descargar e instalar malware, robar información confidencial, propagarse a otros sistemas o realizar otras actividades dañinas.
Historia e impacto
CVE-2017-11882 fue descubierto originalmente en noviembre de 2017 por investigadores de seguridad. Desde entonces, varios ataques y campañas de malware han explotado esta vulnerabilidad para comprometer sistemas. La explotación exitosa de esta vulnerabilidad puede tener un impacto devastador, incluyendo la filtración de datos, interrupciones operativas y compromisos en la integridad de los sistemas.
En 2017, cuando se divulgó inicialmente la información sobre la vulnerabilidad, no se registraron intentos de explotación. Sin embargo, en menos de una semana, surgió un concepto de prueba (PoC) en Internet y pronto comenzaron los ataques que utilizaban CVE-2017-11882.
En 2018, se convirtió en una de las vulnerabilidades más aprovechadas en Microsoft Office. En 2020, durante la pandemia de Covid-19, CVE-2017-11882 se utilizó activamente en correos electrónicos maliciosos que aprovechaban el tema de entregas interrumpidas debido a restricciones sanitarias. Y ahora, en 2023, parece seguir siendo útil para los ciberdelincuentes.
Medidas de mitigación y prevención
Aunque esta vulnerabilidad ha sido conocida durante mucho tiempo, es posible que muchos sistemas y usuarios aún sean vulnerables. Aquí algunas medidas recomendadas para mitigar el riesgo asociado con CVE-2017-11882:
- Actualizaciones de software: Asegúrese de que todas las actualizaciones de seguridad de Microsoft Office estén instaladas. Microsoft ha lanzado parches para solucionar esta vulnerabilidad en las versiones afectadas.
- Implementación de políticas de seguridad: Las organizaciones deben implementar políticas de seguridad que restrinjan la ejecución de macros y contenido activo en documentos de Office.
- Filtrado de contenido: Utilice soluciones de filtrado de contenido para bloquear documentos maliciosos antes de que lleguen a los usuarios finales.
- Conciencia del usuario: Eduque a los empleados sobre los riesgos asociados con la apertura de documentos sospechosos o no solicitados, especialmente de fuentes desconocidas.
- Uso de soluciones de seguridad: Considere la posibilidad de utilizar soluciones de seguridad avanzadas que puedan detectar y bloquear intentos de explotar esta vulnerabilidad.
CVE-2017-11882 es una brecha de seguridad grave que sigue representando una amenaza significativa para los sistemas que ejecutan versiones afectadas de Microsoft Office. Aunque han pasado cinco años desde su descubrimiento, muchos sistemas aún pueden ser vulnerables si no se implementan las medidas de seguridad adecuadas. La concienciación continua, la aplicación de parches y la adopción de buenas prácticas de seguridad son esenciales para mitigar los riesgos asociados con esta vulnerabilidad y proteger los sistemas contra posibles ataques.