Realizar copias de seguridad es una práctica clave para proteger nuestra información, hacerlo correctamente, considerando una política de resguardo planificada, es fundamental para protegerte de imprevistos.
El hacer una copia de seguridad de nuestra información es fundamental para adelantarnos a un imprevisto, sea el robo o la pérdida de un dispositivo, o el ataque de cibercriminales con malware que la encripte. Tan importante es que cada 31 de marzo se celebra su día en el mundo para aprovechar a concientizar sobre el porqué de es tan relevante hacer backups con frecuencia y siguiendo un política pensada y planificada.
A continuación, veremos los detalles a tener en cuenta para hacer un backup correcto, qué opciones hay y cuáles son los errores más comunes que deben evitarse.
¿Qué es el backup?
El backup o respaldo es el proceso mediante el que se crea una copia de los archivos de más valor con el objetivo de poder recuperarlos en el caso de una pérdida de la información. ¿Por qué es una práctica tan importante? Porque existen múltiples causas por las cuales podríamos experimentar este problema: la limitada vida útil de los discos duros, el robo o extravío del dispositivo y, por supuesto, la acción de algún código malicioso. Aunque el backup también corre los mismos peligros frente al malware.
La importancia de contar con un backup
Las causas por las cuales podemos perder nuestra información son variadas. El ransomware, por ejemplo, cifra los archivos para luego el cibercriminal pida un rescate monetario para que podamos volver a acceder a ellos. A raíz de la constante evolución de este código malicioso es que contar con un backup resulta una práctica vital, puesto que es una de las herramientas ideales para recuperar la información en el caso de ser víctima de este tipo de malware.
Tipos de backup
A la hora de realizar el backup de nuestra información, se abren distintos caminos para albergar el respaldo.
- Disco rígido: idealmente se debe utilizar uno exclusivamente con este propósito para evitar un desgaste innecesario. Asimismo, si el disco es interno debe ser uno físicamente distinto al que se utiliza para iniciar el sistema operativo.
- Dispositivo de almacenamiento USB: es recomendable utilizar uno exclusivamente para respaldos y evitar transportarlo fuera de donde se lo guarde para evitar extravíos.
- En la nube: tiene la ventaja de facilitar el acceso a la información desde prácticamente cualquier lugar con una conexión a Internet. Sin embargo, es importante considerar las políticas de uso del servicio elegido y los sistemas de protección que utiliza para resguardar los datos. Google, por ejemplo, pone a disposición una guía para usuarios, donde detalla este servicio.
¿De qué información debe tenerse backup?
Antes de comenzar con el proceso de backup, es clave determinar qué información será respaldada. ¿Cómo? Valorando los datos y estableciendo cuáles tienen mayor importancia según nuestras preferencias, el tipo de trabajo que se haga con dichos datos, y también el objetivo o utilidad que tengan.
Una consideración importante es determinar si el backup necesita elementos de hardware o si simplemente el recuperar los datos es suficiente. En otras palabras: en algunos casos respaldar solo los datos puede generar un esfuerzo mayor para restablecerlos, ya que la situación puede requerir, incluso, la reinstalación manual de todo un sistema operativo y sus aplicaciones.
Por otro lado, no debemos perder de vista la frecuencia con la que se modifican los datos: puede existir información tan dinámica y/o de uso único que seguramente no valga el esfuerzo respaldar.
Por último, no debemos olvidar hacer respaldo de aquellos archivos de configuración y/o documentación importante que sea clave para que las operaciones normales de un sistema se puedan poner en funcionamiento fácilmente. Esto se debe hacer, sobre todo, cuando se evalúan situaciones, como el posible caso de padecer un incidente que genera la pérdida de archivos de sistema.
¿Con qué frecuencia y qué tipos de copias de seguridad se pueden hacer?
Para tomar esta decisión es necesario contemplar la frecuencia con que se modifican, eliminan y crean archivos. Es decir, si se trabaja todos los días en un proyecto, será necesaria una copia de seguridad diaria. En el caso opuesto, una carpeta con fotos debe ser nuevamente respaldada solamente cuando se agreguen fotografías.
Establecida la frecuencia, se pueden elegir entre 3 tipos diferentes de copias de seguridad:
- Completa: hace un respaldo completo de todos archivos del equipo, por lo que llevará más tiempo y espacio de almacenamiento. Se puede elegir esta opción en un primer momento, y luego utilizar una de las opciones que veremos a continuación.
- Diferencial: contiene los archivos que han cambiado en el sistema desde la última vez que se hizo una copia completa. Cada copia que se realiza, respalda lo que es diferente desde la última copia seguridad completa. Se recomienda para una frecuencia diaria de backup.
- Incremental: respalda los archivos que se han modificado desde la última copia de seguridad diferencial o incremental. Al hacer las copias de seguridad con menor cantidad de datos, se realizan más rápido y requiere un espacio menor de almacenamiento.
Los errores más comunes al realizar un backup
Es fundamental considerar que los respaldos corren los mismos peligros a los que está expuesta una red. Por ello, por un lado, no es recomendable que las unidades de respaldo estén conectadas a la misma red de producción todo el tiempo. ¿Por qué? Porque en caso de una infección de dicha red, los archivos del backup podrían verse afectados.
A su vez, es importante que no tengamos en poder el disco duro donde está guardado el backup de la información junto con el dispositivo respaldado: en caso de sufrir un robo o extravío, también perderíamos el respaldo.
No revisar la integridad de las copias de seguridad apenas se hicieron representa otro error, que es fácil de evitar. Solo necesitas, una vez realizadas las copias, asegurarte de que se copiaron correctamente y están accesibles.