Imagina que tu empresa es una fortaleza bien protegida. Tienes muros altos, puertas blindadas y guardias vigilando. Sin embargo, lo que muchos no ven es el peligro que puede surgir desde adentro. Las amenazas internas en ciberseguridad son justamente eso: empleados o socios de confianza que, intencionalmente o no, pueden poner en riesgo la seguridad de la empresa.
¿Te suena familiar? Tal vez pienses que es algo raro o que no ocurrirá en tu organización. Pero la realidad es que estas amenazas son más comunes de lo que creemos. Un empleado descontento, un error humano o incluso un acceso mal gestionado pueden ser el inicio de un gran problema.
La clave para enfrentar estas amenazas está en combinar tecnología con humanidad. No solo se trata de instalar los mejores sistemas de seguridad, sino también de crear una cultura dentro de la empresa donde todos comprendan la importancia de proteger la información. Esto incluye capacitar a los empleados regularmente y establecer políticas claras sobre el manejo de datos sensibles.
Además, el monitoreo constante de actividades inusuales y la implementación de controles de acceso estrictos pueden ayudar a prevenir incidentes antes de que se conviertan en un desastre.
En resumen, las amenazas internas son un desafío que no debemos subestimar. Es fundamental que todos, desde los directivos hasta el personal de base, estemos alineados en la protección de nuestros recursos más valiosos. Después de todo, en el mundo de la ciberseguridad, la mejor defensa es una buena prevención.
Paulina Jara